miércoles, 24 de julio de 2013

Imprecisa.

Y así fue.

Una a una las memorias se fueron haciendo menos, y poco a poco todo lo que una vez fue importante lo fui olvidando. Con el tiempo, se fueron eliminando de mis recuerdos las fechas de sus cumpleaños, y sus caras se volvieron borrosas, como fotos quemadas por haberlas expuesto demasiado a la luz. Entonces la lista para las invitaciones de navidad se fue haciendo cada vez más corta, y eventualmente, quedó vacía.

Y es que todo lo que una vez tuvo sentido, ya no lo tenía. Fueron menguando sin parar las ganas de sentir, los sueños lentamente se decantaron hasta volverse polvo, y por más que llovía, no volvían a empaparse y evaporarse. No volvían a ser nubes de sueños.

Antes de darme cuenta, levanté la mirada perdida, y me hallé rodeada de aquella monótona y gris realidad que no era mía, imprecisa y  desesperanzadora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario